Costa Rica ha terminado el proceso de su primera experiencia de democracia directa con un resultado estrecho y por ende preocupante, y con una ley reguladora la cual muestra vacíos legales imposibles de remediar. 

Han pasado muchos incidentes en el camino al día 7 de octubre. Durante los últimos meses se ha fomentado el dialogo, que tanto necesita este país, mas no ha llegado a ser constructivo pues en las mesas redondas, foros y debates, se ha perdido en gran medida la veracidad y transparencia que el pueblo pide a gritos.

Ambos bandos se olvidaron de la realidad del CAFTA y se empezó una cadena inmensa de demagogia mezclada con intereses electoreros, las mentiras de ambos bandos calaron hondo y lo único que se consiguió fue confundir mas que nunca a la gente sencilla de nuestro país, la cual creyó que estábamos aprobando “la pomada canaria” o por el contrario la “venta de Costa Rica”, nada más falso en ambos casos.

Mientras los del “Sí” con sus posibilidades económicas hicieron una campaña de “marketing” innecesariamente vacía, digo innecesaria pues los argumentos desde el inicio a nadie le hubieran caído mal; el movimiento del “No”, hizo una labor de hormiga, sostenida por su propia motivación y algunos aportes económicos de la cúpula que en su mayoría eran políticos oportunistas. Esto es inevitable y su regulación es una fantasía.

Ha pasado el día del referéndum y hubo un resultado por estrecho margen. Ese margen puede que muestre al país dividido por un tema, mas no polarizado pues para mucha gente la vida continua. Es doloroso reconocer que hay un 40% de personas que en lo absoluto no se interesan por la dirección que tome su país.

De igual forma sin menospreciar a ni uno solo de los electores, se debe reconocer este resultado y promover el diálogo entre sectores y gobierno; no se puede dejar todo en manos de las fracciones legislativas pues Costa Rica esta en búsqueda de una verdadera identidad, una en la que los costarricenses vuelvan a ser “toditicos igualiticos”; y con el camino que hemos elegido lo único que cabe es el fomento a la educación y la movilidad social.

Respecto a las agendas de implementación, considero que son las que mitigan el efecto negativo que eventualmente traería el CAFTA, es esencial aprobarlas teniendo una negociación en el plenario que lleve al consenso, pues nada se gana con la defensa de los intereses partidarios que es lo que han hecho, hacen y harán las grandes agrupaciones políticas, actitud que nos tiene en en el lugar que estamos.

Más específicamente hay 4 tratados que no son variables y deben aprobarse, pero además hay 9 leyes que permiten fortalecer a las instituciones públicas y los sectores de pequeña y mediana empresa, que son los motores de la economía nacional. Estos proyectos deben ser discutidos con toda la seriedad del caso pues una mala legislación puede ser la que nos ahorque, no es simplemente oponerse por oponerse, se trata de optimizar el mejor acuerdo posible y adoptar las ideas de la oposición en cuanto a la inversión en ciencia y tecnología y fortalecimiento de la educación pública para que los beneficios del Tratado sean ciertos y no mera teoría.

Revisando las propuestas del PAC, estas son muy cercanas a las del ejecutivo, por lo que creo que en la asamblea habrá por primera vez un tipo de consenso en esta administración. Pero la política nacional va más allá de la política comercial, hay proyectos que promueven el aumento en el presupuesto destinado a combatir la inseguridad y promover las mejoras viales en las zonas rurales que son las más necesitadas.

Hace falta hacer mucho, ya dimos vuelta a una página y sigue una en blanco, depende de nosotros trabajar por conseguir una mejor Costa Rica, inclusiva y bondadosa.